Estudió medicina en Guadalajara, Jalisco. Tras la caída
del gobierno de Francisco I. Madero, a consecuencia del golpe de estado de
Victoriano Huerta, se sumó a la causa constitucionalista que pretendía
restaurar el estado de derecho como médico militar. Su participación en el
conflicto le dio amplio material para escribir Los de abajo (1915):
un impresionante fresco, más por los hechos narrados que por la técnica
empleada, sobre la Revolución Mexicana.
A
esta obra la habían antecedido novelas menores de corte costumbrista, comoFracasados (1908)
y Mala Yerba (1909) en las que retrataba la tensión social que
precedió al estallido de la lucha armada. Por su claridad para presentar
hechos, su innegable tono de denuncia social y su oposición a la dictadura de
Huerta, Los de abajo marcó las pautas de un género cuya práctica se
extendió hasta muy avanzado el siglo XX, con títulos como Pedro Páramo, de Juan Rulfo,
y La muerte de Artemio Cruz, de Carlos
Fuentes. La novela fue traducida a varios idiomas por su intenso
contenido testimonial.
Tras
la publicación de esa obra, Azuela avanzó en su estudio de la vida mexicana en
los ámbitos rural y urbano, en los medios políticos, agrarios y familiares. Las
obras de ese período son amargas y nunca están exentas de una ironía cruel.
Entre ellas pueden citarse Los caciques (1917), Las moscas (1918), Las
tribulaciones de una familia decente (1918), La luciérnaga (1932), Avanzada (1940)
y Nueva burguesía(1941). Para cerrar su carrera escribió La marchanta (1944), La
mujer domada(1946) y La maldición (publicada en 1955).
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